jueves, abril 19, 2012

La mejor película de animación de la historia (de la que no has oído hablar nunca)


‘The Thief and the Cobbler’ es un largometraje de dibujos animados que Richard Williams dirigió entre principios de 1960 hasta 1992. Treinta años de dedicación para crear según palabras de su director ‘algo nunca visto’, su ‘obra maestra’ tras una profesión de cuarenta años que Williams describe como una búsqueda para dominar el arte de la animación. Cuando finalmente consigue financiación y comienza a producir la cinta con un gran estudio, Disney plagia su trabajo para hacer una película con otro ladrón como protagonista: ‘Alladin’. ‘The Thief and the Cobbler’ nunca llego’ a terminarse. Gracias a un testimonio recientemente publicado, sabemos que Williams tuvo mucho que ver en ello.

Logo original de 'The Thief and the Cobbler'

De esta fascinante historia habla en profundidad “Persistence of Vision” de Kevin Schreck, un documental al que tuve la enorme suerte de ver en una proyección privada que hizo su  director para apenas medio centenar de personas. El trabajo  se encuentra aún en desarrollo  y espera contar en el futuro con el testimonio al respecto del propio Williams, cosa nada fácil de conseguir. La cinta de  Schreck, presenta a Richard Williams como probablemente el animador más grande de la historia y lejos de ser un panfleto, se dirige al  público en general tratando la animación como una de las Bellas Artes de nuestro tiempo. La historia de Williams y su pelicula, ejemplifica como ninguna un aviso a navegantes para aquellos creadores que se pierden en el mundo de lo ideal y son incapaces de concretar sus obsesiones en realidades… O por el contrario, un artista que es fiel a su visión hasta sus últimas consecuencias.


'El Salvador de la animación'

El animador Richard Williams
en una foto reciente
El canadiense Williams es en efecto, un bastión independiente en el mundo de la animación, no a sueldo de los grandes estudios que generalmente cuentan en su plantilla con los mejores talentos. Dichos talentos coinciden en considerarle uno de los más importantes maestros de la animación de la historia. Precoz como ‘cartoonist’, desde muy joven trabajó profesionalmente como ilustrador y peregrinó a los estudios Disney a que le dieran trabajo. Tras estudiar Bellas Artes en Canadá, se marchó a vivir a España donde se ganó la vida como retratista. Luego se trasladó a Londres para volverse a interesar por la animación. Siempre quiso mantener su independencia como artista y entendió la animación desde el principio como un arte con un valor independiente al de la industria del entretenimiento. Pero esto no le previno de rendirse ante la maestría de los mejores animadores de Disney y Warner Brothers. Persiguió a destacados profesionales como Art Babbit o Ken Harris a los que consiguió traer de Estados Unidos para que le enseñaran ‘cómo animar’.
Del estudio de Richard Williams han salido aportaciones animadas a películas como ‘La Pantera Rosa’, ‘La Carga de la Caballería Ligera’ (1968), Casino Royale o ‘El Graduado’. 


A cientos de premios obtenidos como animador en el mundo de la publicidad se le suma un Oscar a la mejor cinta de animación que ganó en 1973 por ‘Canción de Navidad’. Así fue que continuó aprendiendo durante toda su vida, hasta que en 1989 vuelve a recibir dos Oscar (uno en una categoría técnica expresamente creada para él) por su trabajo como director de animación en ‘Quién engañó a Roger Rabbit’. La verosimilitud de las interacciones de los actores con el mundo animado creado por Williams, son una proeza técnica y artística nunca antes lograda. Tras recibir las estatuillas, en la cumbre del éxito, se despidió diciendo: ‘Lo mejor está aún por llegar’. Se estaba refiriendo a ‘The Thief and the Cobbler’ el proyecto que durante treinta años, estaba en la recamara esperando su gran momento. Según recoge ‘Persistence of Vision’, la dedicación y maestría de Williams era tal, que Art Babbit, (maestro de los estudios Disney) afirmaba que Williams sostenía sobre sus hombros la responsabilidad de ‘salvar la animación’. Desafortunadamente, Babbitt murió antes de poder ver el fin (y beneficiarse de alguna contraprestación) de la que estaba llamada a ser la película de animación más grande de la historia.
El discurso de Williams empieza en el minuto 4:30

 

La obra maestra que daba sentido a su carrera

‘The Thief and the Cobbler’, el gran proyecto independiente de Richard Williams, combinaba delicadas escenas interpretativas al gusto de maestros del cine mudo, con otras de una complejidad visual de proporciones épicas nunca vista. En su estudio en el Sojo londinense, Williams atesoraba los acetatos de la película. Entre los trabajos para el filme, se contaba el diseño de una ciudad de unos nueve metros de diámetro, para el que un pintor empleó un año de trabajo, o la animación de un personaje con dedos de cuatro falanges (y llenos de anillos) que hace malabares con un mazo de naipes. Las cartas fueron animadas y pintadas a mano, una a una durante una animación de (al menos) veinticuatro dibujos por segundo.

Uno de los acetatos de la escena de los naipes

  ‘Persistence of Vision’ cuenta que el nivel de implicación  era tan exigente que algún trabajador de Williams, llegó al punto de ir a visitar a su hijo recién nacido en su hora del almuerzo. Era eso o ‘ahí está la puerta’, frase que le atribuyen sus trabajadores. Así era que ningún otro proyecto era significativo para su director. Los premios eran solo una herramienta para conseguir más trabajo y así poder invertir en su obra maestra, la película que justificaba sus cuarenta años de dedicación a la animación.
Dibujo de la ciudad dibujada por Roy Naisbitt, antes de ser pintada

 

El comienzo del fin

Que los protagonistas fueran mudos y uno de ellos en blanco y negro, era uno de los muchos factores que no ayudaban a la película a conseguir financiación. Pero tras el éxito sin precedentes de ‘Quién engañó a Roger Rabbit’’, Williams recibe finalmente una oferta de Bond Movies para producir y promocionar el proyecto a gran escala. Tras treinta años de trabajo, Williams consigue al fin el apoyo económico necesario para acabar la película. La noticia llega a oídos de los estudios Disney que produce ‘Alladin’ con una  estética basados más que ligeramente en ‘The Thief and the Cobbler’. Gracias al documental de Schreck, sabemos que el trabajo de Williams no se vio afectado por esto. Al contrario, él mismo no cumple con las fechas de entrega por su tendencia a estirar la animación de las escenas indefinidamente. Para rematar, se descubre en mitad de la producción que la historia nunca fue planteada en storyboards en su totalidad. La película parece estar completa, en la cabeza de su director solamente, mientras que los animadores se dedican a producir secuencias inconexas.  Finalmente en 1992,  la productora cierra el estudio en un desesperado intento por retomar las riendas y recuperar la inversión. Cientos de miles de dibujos que no pudieron ser rescatados clandestinamente por los animadores, fueron tirados a la basura y la película es descuartizada y terminada de alguna manera por otro estudio más barato. La calidad decae notablemente en las escenas ‘de relleno’, en las que los personajes terminan interpretando números musicales. Por fin, la producción sale directamente a DVD comoArabian Knight’. A ojos del público se trata tan solo de un título mediocre, a la sombra del éxito alcanzado por ‘Alladin’ de Disney.   

Comparativa con 'Alladin' de Disney

Así acabó la que estaba llamada a ser la película de animación más grande de la historia, en gran parte a causa de la impotencia de su director para aceptar una realidad que fuera algo menos de lo que él esperaba de ella.
Según ‘Persistence of Vision’ Williams se niega a hablar en público de la película. Actualmente Se encuentra trabajando en secreto en otro largometraje, su nueva ‘obra maestra’.
En youtube existe el video de lo que fue la reedicion de la pelicula, con el titulo original y algo más respetuosa con las voces y los personajes originales.